As informações de monitoramento da anomalia da temperatura da superfície do mar contidas nesta seção são provenientes do National Oceanic and Atmospheric Administration‘s (NOAA), National Weather Service (NWS) e Climate Prediction Center (CPC), atualizadas semanalmente e disponibilizadas nesta seção. As imagens representam as anomalias das temperaturas da superfície do mar (TSM) observada nas últimas 11 semanas.
As condições oceânicas observadas recentemente na região do Oceano Pacífico Equatorial indicaram a manutenção de águas mais aquecidas que a normal climatológica na porção central e leste, avançando ainda pela área de monitoramento do Niño 3.4 e 1+2.
A porção oeste e toda faixa mais ao norte entre as latitudes de 10°N e 30°N também apresentaram águas anomalamente aquecidas em relação ao valor climatológico. Nessas regiões os desvios positivos da TSM foi da ordem de 2°C.
Já no Oceano Pacífico sul, foram registrados núcleos com TSM's tanto acima, quanto abaixo da média histórica, porém o predomínio foi de águas superficiais próximo da normalidade. Entre o final de outubro e início de novembro/2014, notou-se um maior aquecimento da TSM em parte do Pacífico leste, com o surgimento de núcleos com desvios positivos de até 3°C.
Na imagem animada, vemos que o fenômeno El Niño desvia-se para a costa mexicana. A parte mais quente está bem à oeste próximo à Oceania, bem onde se localizam os vulcões submarinos.
Vemos abaixo, como o relevo submarino no Pacífico oeste, é cheio de montanhas e vulcões Além disso, a região equatorial recebe grande quantidade de radiação solar, mantendo o calor.
No gráfico, vemos que a temperatura voltou a subir na região do El Niño 3.4, ficando agora em +0,49°C acima da média.
Comparando a imagem animada com o mapa das anomalias de TSM do Pacífico, percebe-se a intensa formação de nuvens nas áreas onde as temperaturas estão acima da média, principalmente no Pacífico Oeste.
elespectador.com COLÔMBIA
La probabilidad de que se desarrolle es del 83%
A prepararse para el fenómeno de El Niño
Se espera que en febrero este evento climático alcance su madurez.
Medio Ambiente 1 Ene 2015 - 9:40 pmEn 1992, en el gobierno de César Gaviria, los colombianos tuvieron que transformar sus rutinas durante todo un año. El fenómeno de El Niño y su ausencia de lluvias los obligó a modificar sus horarios laborales: se trabajó menos en la noche y en las grandes ciudades hubo racionamientos de energía hasta de nueve horas. Los niveles de las hidroeléctricas estaban en sus mínimos posibles y había que buscar una manera para evitar su desgaste.
Hoy las alertas se han vuelto a prender. Hace un par de días, el presidente Juan Manuel Santos lanzó el primer campanazo, seguido por el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, que hizo un llamado para que los municipios tengan listo un plan de contingencia.
“Infortunadamente este fenómeno parece inevitable en el primer semestre” , escribió Santos en su cuenta de Twitter. “Debemos prepararnos para mitigar sus efectos”. Efectos que, como le dijo a El Espectador Ómar Franco, director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), se verán principalmente en departamentos como La Guajira (donde no llueve desde septiembre), Cesar, Magdalena, los Santanderes, Boyacá, Cundinamarca, Tolima, Casanare y Arauca.
Aunque claro, en esta ocasión esa ola de calor que se origina a medida que avanzan hacia Suramérica las aguas superficiales del océano Pacífico Tropical no será tan aguda como la de hace 20 años. Desde abril el Ideam viene anunciando la inminente llegada de El Niño y mes a mes les ha advertido a todos los sectores productivos para que cada cual tome medidas. “Todos han venido incorporando sus planes de prevención. Pero pese a que el sector energético puede estar preparado, tenemos que contribuir ahorrando energía, porque eso también implica ahorro de agua”, dice Franco.
Según el director del Ideam, la probabilidad de que se presente el fenómeno es ahora del 83%. En este momento se encuentra en una fase de desarrollo y se espera que alcance su madurez a mediados de febrero. “A lo que nos enfrentamos es a una época de menos lluvias y eso ha hecho que los caudales de los ríos, que no lograron recuperarse después de la temporada de precipitaciones, estén en un nivel medio bajo. La preocupación es que sigan decreciendo y tengamos que enfrentar unas condiciones de desabastecimiento los próximos meses”, explica.
Y esa disminución de la oferta hídrica también está fuertemente relacionada con los sectores de la agricultura, la ganadería, la salud y el turismo, así como con el aumento de probabilidad de ocurrencia de incendios forestales.
Aunque, tal y como dice Franco, el hecho de que se mermen las lluvias y aumente la temperatura en el Caribe o la zona Andina, no quiere decir que no haya precipitaciones. De hecho, se incrementarán en el piedemonte amazónico y en la cordillera Oriental. Es posible, incluso, que se registren lluvias en otras regiones, pero no serán suficientes para recuperar las condiciones normales de los ríos.
“La invitación entonces es a ahorrar, a administrar el agua. A ser conscientes de que nuestros recursos hídricos son finitos. Y también a evitar la quema de rastrojo y las fogatas, porque podrían desencadenar incendios de cobertura vegetal”, afirma.
Las advertencias son tantas y tan frecuentes porque justamente es la prevención la única manera de mitigar las consecuencias que trae consigo ese inevitable fenómeno natural, que afecta principalmente a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Poco a poco estos países han ido aprendiendo las lecciones que les han dejado los eventos climáticos de las últimas décadas. A finales de los noventa, por ejemplo, Ecuador (donde se incrementan las inundaciones) y Perú registraron pérdidas del 50% en sus sectores productivos. La pesca y la agricultura fueron las más afectadas. En Colombia los daños que a su paso dejó El Niño en ese período sobrepasaron los US$560 millones.
Nenhum comentário:
Postar um comentário